En Diciembre de 2012 fallecía Mariano Iñigo, poeta a quien frecuenté en Vitoria. Bohemio, vendedor curiosidades en el rastro dominical y proveedor de quincalla para mis esculturas, pintor de los endulcoradoalucinados moñoños. Un artista popular y directo, libre y lunático. Incluyo en este blog este largo y bonito poema, escrito para el catálogo de la exposición Vida Nueva y un retrato de Joaquín Lara, autor también de mi foto oficial.
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Manuscrito Hallado en una casa de locos por
un mago delgado y sencillo.
(dedicado a
todos los enfermos psíquicos, con todo cariño)
Mariano Iñigo
Asco, qué
asca. Los lobos se extinguen,
mi espíritu
brama.
Copos de
nieve aún quedan sobre el verde manto de mis
entrañas:
las fuerzas
oscuras me hacen cumplir las órdenes del
desconcierto,
brillan en
las hecelias del Unicornio,
según la
antología del vacío,
de la
antología de no saber dónde estoy.
Tal vez este
silencio sea de miedo.
Saprenace
naturaba
riede nocita
pora
saneasiamu
nosebrigo
sotainisore
dotanés.
Reptaré como
la hidra, si no la mato
ahora que
duerme.
ONUCHODI
broli notemasiONUCHODI.
Estoy
enamorado de la PROHIBIDA Lógica
en esta CASA
DE ORATES,
en esta casa
de tinieblas,
donde la
conciencia ha sido aniquilada por ranas venenosas.
Oh mi reino,
tan inquietante por misterioso.
voy errante
con dolor hacia el DOLOR:
veo una
cueva de la que nacen negros fetos muy deprisa
y terminan
en un estercolero
o
desaparecen en las letrinas de los lupanares,
donde fueron
engrendados a dentelladas
en las
noches nosebrigo.
También los
lobos mueren por los odios estridentes de
Sotadinisore
Dotanés,
y la piedad de los dioses dilapida el
Taes-Nitrógeno del
Nigromante.
Los bosques de
tus ojos arden en mis ojos.
Azules son
las luces que me hacen ver cómo se resquebrajan
todos
afectos,
todos
vuestros afectos. Os veo con vuestra crueldad,
tan antigua
como mis desvelos, como la sangre y el llanto,
como mis
deseos de fuego y leche.
Vuestra
crueldad me hace daño,
y se apodera
de mi vuestro miedo…
No sé por
qué Baco (yo no bebo alcohol)
se ha
refugiado en mis esfínteres,
y me ha
emborrachado el Mar
I ano evacúa
toxinas: sotíes o mujer son su nombre
Y hematíes
azules brotaban de los estertores de los lobos.
Tengo hambre
catasio y los ojos purulentos
Tesiera
ocibene oscute: croa croa croa.
Tesir
analecui riede nocita nora,
sapuko ukeko
nonime mora.
Pulpa de
tempestades y papla hidra,
tranambour
de los ciervos
en lunes
fosfóricos extenuados
Asco, qué
asca. Anatomía del vértigo.
Dónde leí
estas palabras?
¡Ah!...Ya lo
recuerdo: las leí en la ruinosa pared de esta CASA
DE LOCOS.
Y es que los
psiquiatras son unos extraños,
unos
destructores de conciencias,
en la cabeza
de los hombres libres,
cuna de
todas las transgesiones: sasefi légamo;
brota el
vértigo de las palabras de una cruel dicha
Tiva, lávame
el falo, de negros nenúfares hambriento
Sexo-sésamo
la rochí la cópula cerbatana:
mi cuello
sangra sangre de leche azul.
Soy
aristócrata y lobo muerto,
angustia de
soledad psicótica,
melopea de
caballo, DAUKILA MEMORIA CURIADOSE.
Qué ésta no
es una habitación,
sino la suma
de todas mis visiones,
de todas mis
ausencias.
Usted cree
que ésta es una mesa ¿Si? Pues no,
Doctor X.
Ésta es con FLORES A MARíA; y este suelo
no es de
mármol,
sino de
frases brillantes, qué digo yo brillantes:
brillantísimas
de mi época de estudiante de medicina
anatómico-poética.
Agadina
adinika sobanofre blaseniti lasdenosaro
Baje ave –
laji avi sesedaru
Domacochisteria
sasnenové.
Seremú
canitarinche delasera.
Arenoma,
arenoma.
Arenoma me
la piso delasera,
arenoma
nelasipa iscanotaminche.
No sé,
Doctor X, por qué se preocupa tanto de mí
habiendo
tanto cuerdo al cuello paseando por las calles.
Cero hacer
pati chicle: línea directa con mi amor
se me pega
la línea directa al oído
y un
gingingingoig gingingingoig asciende la meno
pausa de
cincuenta desgarros
¡Qué
gongongiboig!
Oig andro,
tú pausa.
En la
consulta me lavo la boca con los dientes
de madame Tronambour;
luego ella
morderá la línea directa de mis huevos galácticos
Ciervos
siervos cuervos versos en una oginal,
y me duele
la próstata prostituida por madame Tronambour.
En mi
cerebro las jitanjafóras son tus sauces, amor.
Ranti no es
pace. Sea jitanjáfora tortuloca la herida:
chulos
chochos, chollos floripondios y vientosanos.
¡Qué dolor
al oginal!
¡Qué luz más
siniestra en los ojos de madame Tronambour!
Qué olog de
lupanag,
qué sombría
fetidez.
Qué ques,
madame choggas,
qué tronag
boug, mesie.
Qué
choggasperdidas me fornicaron sin lavatías?
Enseñaré el
bosque de los deseos al Andropausa,
Que sólo le
gusta mirarse la minga al oginag.
¡ qué idioma
más difícil!.
Cómo digo :
Ogino yo u oginas tú?
Por qué
arrastro la ERRE de la REVOLUCIÓN?
Por qué ocurren
tantas catástofres?
UNIMUNDOCIA
Kariakataka Kariakataká
Katakaria Kariaká
Kataka Kaka Katá
Kata Kaka Milikaká
Limikaria aria arimatá.
Oh turi luci
mei sipa domun monsipa
y pai lota
pasi Taes – Nitrógreno del Nigromante
patistekio sipa
domun mon sipa amor de navajas blanquísimas
y filo de
médano violeta.
Qué voy a
vender yo si se me mueren todos los clientes?
Me escucha?
Se me han muerto todos mis clientes
por culpa de
la UNIMONDOCIA, doctor X.
Turi luci
mei oh sipa y pasa vida férrea
y pai lota
pasi turi cobra la cabra en montañas muy negras
(ay
dentelladas lunares UNIMUNDOCIA,
avalacia
bisutería, filos muchas mentes afiladas)
Draule lupa
de la palabra
que en el
manicomio muere
c
omo el
marqués de soga pelada. Draulelupa turi
luci mei
lupasión no desfallecer.
Nasjomar
Draule lupa agnis ostras agnis.
Me rajo
porque no veo barcos piratas en mares brumosos
rajolingua
periférica de visones secretas,
fragmentos
de medusa, ameba y seda
en las
misteriosas noches de Palas,
mi diosa
carrionesa en trigos mesetarios.
Piace mei
iaci ticote mare rojo de rocío.
Baco, sal de
mis esfínteres; sal de mis entrañas,
y llora ahí,
donde el corazón es niebla y ruina,
y la mente
está hecha trizas,
muerta en el
REINO DE LAS EXPLOSIONES.
Baco, sal de
mi vida piérdete entre la
muchedumbre que te ama.
Yo siempre
me alimentaré del esperma de los Siete Peregrinos
y de la ubre
de Venús melancólica.
Estoy en mí
y en ti, amor. Estoy con mi ausencia
habitando
una tierra de ceniza;
mis mejillas
tienen la fiebre del destierro,
en mi boca
está tu angustia,
en tus ojos,
mi desgarrado llanto,
en tu
corazón, mi país de piel de rumiante.
Oigo una
sinfoperniatrozos luminosa;
pero no me
hago ilusiones en las letrinas,
no me hago
ilusiones con una gaviota en mis manos.
Éste es un
tiempo de morir a solas
con la
desdicha en las venas y en la punta de los dedos.
Ratas roen
ramas de relojes rojos.
Callejeo por
calles vacías (siempre están vacías
las calles
vacías de amor); con mi soledad hago,
con mi
soledad trazo trenzas tensas, todopoderosas
lunas
tersas, maromas de las nieves marrones muertas.
Callejeo.
Llueve. Crece la hierba:
verde es mi
tristeza. Mi rostro se ha humedecido de princesafaria,
y mis manos
destruyen el lenguaje de vuestra lógica
y mi corazón
construye el lenguaje de la magia.
Como una
pavana mi lenguaje se pavonea.
Tare no pía,
Rabudí sésamo y maralfúl moralful
moralful,
qué luz moralful; no te rima,
caucasiana
de ebullición bíblica.
¡Oh Dolor!,
yo rapto, repto, rompo viejos tropos,
creo rubios
rubíes a ratos.
Asco, qué asca. Los muertos está en mi rostro,
los muertos
están en el rostro de los profetas.
Y mi dolor
aumenta, y las palabras,
todas las
palabras, ya sobran.