Las obras que presento en la Galería Artesonado
de La Granja están directamente relacionadas con la vecindad de la galería con
el Palacio Real y sus jardines.
A finales del siglo XIX, en el pueblecito
francés de Hauterives, el cartero Ferdinand Cheval realizó durante treinta años
la construcción de un palacete en su jardin, realizado con piedras encontradas,
al que llamó El Palacio Ideal. Mis construcciones fantasiosas a partir de la
técnica del collage hacían continua referencia a esta obra. En mis visitas a La
Granja de San Ildefonso me llamaban la atención los numerosos carteles
indicando la dirección hacia el Palacio Real, e imaginé la existencia de otro
palacio contrario, el Palacio Irreal, al que se llegaba desatendiendo las indicaciones.
También está aquí mi fascinación por la
decoración dieciochesca, el lujo abigarrado del rococó, la mezcla
contradictoria entre la artificialidad de esta estetica y la presencia potente
de una naturaleza casi salvaje, que yo había desarrollado en mi serie de
interiores y que es la seña de identidad de la Granja.
Y por fin un pequeño homenaje a Mozart, una de
las cumbres artísticas del XVIII, a traves de una de mis primeras obras de
transmutación de figuritas de porcelana, cuyo espíritu pertenece a este
territorio de rocalla imaginaria.
Palacio subterráneo